jueves, 2 de octubre de 2014

EL FRACASO COMO APRENDIZAJE I

"El viento del norte hace a los vikingos"
Anónimo

Cuando se fracasa se avanza, siempre que haya habido algún tipo de aprendizaje. Aprender de los errores es una cualidad que deben tener o desarrollar los emprendedores. Es a través de las equivocaciones cometidas que la raza humana ha progresado durante su historia y evolución. Atreverse a correr riesgos calculados y afrontar las consecuencias es algo a lo que se le debe perder miedo si se desea iniciar un nuevo negocio o empresa. Pero sobretodo, tratar de sacar algo de provecho de cualquier experiencia, sea ésta buena o mala, es una cualidad que caracteriza a quienes se levantan una y otra vez de los fracasos.

"No existen fracasos. Sólo resultados" dice Tony Robbins, y es muy cierto ya que ningún fracaso es permanente y es útil si aprendemos algo de él, y lo intentamos nuevamente siendo más sabios y experimentados. El famoso inventor Edison probó y fracaso cientos, algunos dicen miles, de veces antes de poder inventar el foco o bombilla eléctrica. 

Como emprendedores muchas veces tenemos la ilusión de que los productos o servicios que hemos concebido serán la gran solución o el remedio de los males de muchas personas. Y muchas veces nos topamos con la realidad de que nuestro producto no es tan perfecto como pensábamos, o  los clientes no existen, o no tienen el problema que creíamos, o no están dispuestos a pagar el precio que consideramos justo.

Se tiene que perder el miedo a intentar cosas nuevas y a fracasar para poder avanzar y seguir con los proyectos y la vida misma. Salir de la zona de confort también es indispensable. La comodidad es la peor enemiga de las personas. Al sentirnos cómodos se pierde el interés en experimentar cosas nuevas, no se va de viaje a lugares nuevos, no se prueban comidas y bebidas diferentes, no se leen libros o revistas de temas que no se conocen, etc. En pocas palabras, las perspectivas se cierran, los criterios se atrofian y el miedo a lo desconocido crece. 

"Fracasa pronto y aprende rápido" podría decirse que es el mantra de lo que se conoce como Lean Startup, una metodología originada en Estados Unidos y que tiene pocos años de existir, la cual se basa en probar las ideas del emprendedor directamente con el cliente potencial. Es decir, si ya contamos con alguna posible solución (dígase servicio o producto) para algún problema que hayamos detectado, lo más conveniente es plantearle nuestra solución a quien pensamos que tiene el problema (cliente potencial) para obtener retroalimentación inmediata.

Por el momento los dejo estimados lectores, esperando sus comentarios y que esta entrada les haya sido de provecho.
Hasta la próxima.

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