miércoles, 22 de octubre de 2014

PLAN DE NEGOCIOS VS LEAN STARTUP

Por casi medio siglo se creyó firmemente que un plan de negocios bien hecho y bien fundamentado era la clave para que los negocios nuevos (emprendimientos o startups en inglés) pudieran tener éxito. El proceso generalmente consistía en escribir un plan lo más detallado posible que sirviera como base para comenzar a producir y vender casi de inmediato. Sin embargo, como lo dice Steve Blank en sus libros y videos, un plan de negocios nunca sobrevive al primer contacto con los clientes, y la razón es que el plan de negocios siempre se redacta desde el punto de vista del emprendedor, o de sus asesores, y no toma en cuenta las necesidades o deseos de los clientes potenciales (¡si es que éstos existen!).

Una de las principales falacias del plan de negocios es que una startup no es la versión en pequeño de una empresa ya consolidada. Un plan de negocios puede servir dentro de una empresa grande (que ya cuenta con un modelo de negocio establecido, clientes y productos o servicios), pero las startups en cambio son "organizaciones temporales que se encuentran buscando un modelo de negocios". Esto quiere decir que una startup tiene como objetivo fundamental encontrar ese modelo de negocios que le convenga para, a partir de ahí, empezar a vender y crecer contando ya con una base suficiente de clientes reales y productos/servicios que satisfagan las necesidades, deseos o requerimientos de dichos clientes.

Hace algunos años surgió en Estados Unidos una nueva metodología llamada "Lean Startup", (creada por Steve Blank) la cual tiene como principio fundamental el probar las hipótesis generadas por el emprendedor antes de iniciar su empresa, y aún antes de escribir un plan de negocios. El Lean Startup usa como pilares el modelo canvas de Alexander Osterwalder, así como el "Customer Development" y la creación de "productos mínimos viables" para ayudar a generar y cuestionar las hipótesis de los emprendedores de manera práctica, gráfica y entendible.

Al idear cualquier emprendimiento se puede comenzar de dos maneras: la primera es en base a un segmento de clientes en donde se ha detectado una necesidad; o bien, a partir de una propuesta de valor de algún producto o servicio que se cree, será la solución para las necesidades o deseos de algún grupo de la población. Estas dos maneras de pensar en un emprendimiento son solo hipótesis, es decir, el emprendedor cree que, ya sea su solución (en la forma de productos o servicios) o las necesidades que ha detectado son reales, y que existe un mercado ávido y listo para comprarle.

Sin embargo, al enfrentarse a la realidad suele suceder que nuestra solución no se acopla a las necesidades de los clientes, o bien, los clientes que habíamos considerado no existen. La metodología Lean Startup ayuda a los emprendedores a evitarse muchos dolores de cabeza, (así como gastos innecesarios de tiempo, dinero y esfuerzo) ya que al probar afuera de la oficina (out of the building) nuestras hipótesis validamos de primera mano si éstas son correctas: si hay que modificar nuestras propuestas de productos o servicios, si las personas que creemos que serán nuestros clientes tienen las necesidades o deseos que hemos pensado (a lo mejor tienen la necesidad pero no es apremiante o importante para ellos), o bien podemos descubrir nuevas necesidades o nichos de mercado no atendidos. 

Desafortunadamente esta nueva metodología aún no está muy difundida y en muchas incubadoras aún se usa el plan de negocios tradicional como principio y base de trabajo para los emprendedores. Los invito, estimados lectores, a que chequen las páginas de Steve Blank (steveblank.com)  y de Eric Ries (startuplessonslearned.com), así como la de unimooc.com y su blog: emprendedoresunimooc.blogspot.com, para comenzar a conocer esta metodología (también en Youtube podrán encontrar los videos de Steve Blank doblados al español).

En entradas subsecuentes explicaré un poco más a fondo la metodología del Lean Startup así como sus principales herramientas: el modelo Canvas y el Customer Development. Por el momento los dejo estimados lectores/emprendedores y quedo a la espera de sus dudas y comentarios.



lunes, 20 de octubre de 2014

LAS INTELIGENCIAS DEL EMPRENDEDOR

"Una inteligencia es la aptitud de resolver problemas, o crear productos, que sean valorados dentro de uno o más entornos culturales"
HOWARD GARDNER

De acuerdo al modelo del psicólogo Howard Gardner, las personas tenemos una combinación única de inteligencias (no una sola, como generalmente se nos enseña en las escuelas). Esta manera de apreciar las diversas formas que puede tomar la inteligencia humana nos explica el por qué algunas personas triunfan en los ambientes escolares y otras no.

Este modelo también nos puede explicar por que el tener una gran inteligencia lingüística o lógica-matemática (las cuales son los tipos de inteligencia que normalmente se aprecian y fomentan más en las instituciones educativas) no asegura que una persona vaya a ser exitosa o realizada en la vida. La pregunta que generalmente se obtiene al realizar pruebas de inteligencia es ¿qué tan inteligente somos? cuando en realidad debería ser ¿de qué maneras diferentes somos inteligentes? como Sir Ken Robinson nos dice en su libro "El Elemento". 

Las inteligencias que todos poseemos, en mayor o menor grado, según el modelo de las inteligencias múltiples de Gardner son:

  1. Lingüística: caracterizada por un buen desarrollo en destrezas verbales y sensibilidad a sonidos, significados y ritmos de las palabras (ej. escritores)
  2. Lógico-matemática: aptitud para pensar conceptual y abstractamente, y para discernir patrones lógicos o numéricos (ej. ingenieros y científicos)
  3. Visual-espacial: capacidad de pensar en imágenes y dibujos visualizando fiel y abstractamente (ej. arquitectos y diseñadores)
  4. Musical: aptitud para producir y apreciar el ritmo, tono y timbre
  5. Manual-kinésica: capacidad para manipular objetos hábilmente y controlar los movimientos del propio cuerpo (ej. deportistas y bailarines)
  6. Interpersonal: capacidad para detectar y responder apropiadamente a los modos, motivaciones y deseos de otras personas 
  7. Intrapersonal: capacidad de autoconciencia y de estar en sintonía con los sentimientos íntimos, valores, creencias y procesos del pensamiento propio
  8. Naturalista: aptitud para reconocer y categorizar plantas, animales y otros objetos de la naturaleza
(Gardner ha propuesto una novena inteligencia llamada "existencial", relacionada con la sensibilidad de afrontar cuestiones que tienen que ver con la razón de ser y el significado de la vida, pero ésta aún no se ha validado)

Muchas personas son tachadas como poco inteligentes si no cuentan con un razonamiento lingüístico y lógico-matemático "normales", cuando en realidad lo que ellos poseen son fortalezas en otras áreas de su inteligencia. En el sistema educativo actual se restringe mucho el desarrollo de las inteligencias que no sean la lógico-matemática y la lingüística, por lo que muchos estudiantes se sienten frustrados al considerarse por abajo del promedio. Es importante darnos cuenta de nuestras propias habilidades y preferencias para llegar a desarrollar nuestro potencial plenamente, y también utilizar nuestras fortalezas personales para lograr lo que deseamos.

Desde mi punto de vista, un emprendedor necesita fundamentalmente tener, o desarrollar, sus inteligencias intra e interpersonal y usarlas como fortalezas. Lo anterior debido a que la persona que desea realizar un emprendimiento tiene que comprender las necesidades de las personas que considera que serán sus clientes, así como tener la capacidad de poder autogestionar sus propias emociones. 

Es decir, el emprendedor debe ser capaz tanto de tomar en cuenta el punto de vista de las demás personas, así como de superar los problemas y dificultades que encuentre en el camino hacia la realización de su proyecto, y también cuando ya esté en marcha su idea.

Asimismo, el llegar a comprender las necesidades y deseos de los otros es una cuestión esencial para poder encontrar posibles soluciones, ya sea como productos o servicios, para satisfacer dichas necesidades o deseos, y por lo tanto desarrollar y llegar a consolidar una empresa que permanezca a lo largo del tiempo.

Por el momento es todo estimados lectores, los dejo esperando que esta entrada les haya sido interesante, y quedo a la espera de sus comentarios.




miércoles, 8 de octubre de 2014

EL FRACASO COMO APRENDIZAJE II

"Las personas se están preparando para el éxito cuando deberían estarse preparando para el fracaso. Fracasar es mucho más común que triunfar; la pobreza está más generalizada que la riqueza; y la desilusión es más normal que los logros"
J. Wallace Hamilton


La cita con la que empiezo esta entrada se encuentra en el libro de John C, Maxwell "El lado positivo del fracaso", el cual nos dice que la verdadera diferencia entre las personas que logran alcanzar sus metas y aquellas que no, es su actitud frente al fracaso.

Cualquier persona, pero en especial los emprendedores, nos enfrentamos día a día con dudas e incertidumbre. No sabemos si nuestras grandes ideas van a tener éxito o no. La mayoría de las personas se desalientan al primer revés o al encontrar el primer obstáculo para llevar a cabo sus planes. Sin embargo, debemos capacitarnos para salir de nuestros fracasos y seguir adelante aplicando lo que hayamos aprendido

Nuestras reacciones ante los fracasos deben motivarnos para seguir adelante, o tomar un camino diferente si ya hemos agotado todas las opciones posibles. Pero un gran problema es que en las escuelas no se nos enseña a lidiar con los fracasos. Es por lo anterior que es muy importante cambiar nuestra manera de pensar para no desanimarnos ante los primeros problemas que se nos presentan al emprender cualquier proyecto.

Thomas Edison creía que muchos de los fracasos en la vida los experimentan personas que no se dan cuenta cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por derrotados. Es por esto que la constancia y el aprendizaje son herramientas que considero esenciales para los emprendedores. Debemos tomar siempre en cuenta que los fracasos son solo temporales, y que nos ayudan para re-enfocarnos para continuar con nuestros proyectos siendo más sabios.

Redefinir nuestro concepto de fracaso (para aprender y seguir adelante) es algo de lo mucho que nos aconseja Maxwell en su libro. Es muy difícil que las cosas salgan bien a la primera, por lo que Maxwell nos dice que nos otorguemos voluntariamente una "cuota razonable de errores". Es decir, al empezar cualquier proyecto démonos cierto número de errores que podemos cometer, y si aún no obtenemos los resultados deseados, otorguémonos otros más.

Puede ser en ocasiones que, al haber obtenido un resultado diferente del que esperábamos, detectamos una oportunidad para un nuevo proyecto o negocio aún mejor o adicional, al que habíamos considerado originalmente (muchas invenciones han ocurrido de esta manera, por ejemplo los post-its).

El miedo al ridículo es lo que detiene a muchas personas para alcanzar sus metas y es algo que debemos dejar atrás como emprendedores, ya que siempre es mejor haber intentado algo y fracasar que nunca haber intentado nada. Fracasar no significa ser un fracasado, aunque en la sociedad actual se tiene como ganador a aquel que nunca ha cometido errores lo cual resulta imposible; un fracasado es aquella persona que ni siquiera intenta las cosas.

Superar el miedo paralizante, salir de nuestra zona de confort, cambiar nuestra manera de pensar (al considerar los fracasos como algo temporal y aislado), variar las estrategias (tomando en cuenta caminos diferentes y opciones), insistir, concentrarse en lo que podemos hacer, recordar los posibles beneficios de nuestras ideas para otras personas y pensar en los aspectos positivos de los fracasos (aprender de los errores); son habilidades que debemos desarrollar para llevar a cabo los proyectos que tenemos en mente y finalmente, tener vidas plenas y fructíferas.

Por el momento los dejo, estimados lectores emprendedores, esperando sus comentarios y que esta entrada les haya parecido interesante y de utilidad.


jueves, 2 de octubre de 2014

EL FRACASO COMO APRENDIZAJE I

"El viento del norte hace a los vikingos"
Anónimo

Cuando se fracasa se avanza, siempre que haya habido algún tipo de aprendizaje. Aprender de los errores es una cualidad que deben tener o desarrollar los emprendedores. Es a través de las equivocaciones cometidas que la raza humana ha progresado durante su historia y evolución. Atreverse a correr riesgos calculados y afrontar las consecuencias es algo a lo que se le debe perder miedo si se desea iniciar un nuevo negocio o empresa. Pero sobretodo, tratar de sacar algo de provecho de cualquier experiencia, sea ésta buena o mala, es una cualidad que caracteriza a quienes se levantan una y otra vez de los fracasos.

"No existen fracasos. Sólo resultados" dice Tony Robbins, y es muy cierto ya que ningún fracaso es permanente y es útil si aprendemos algo de él, y lo intentamos nuevamente siendo más sabios y experimentados. El famoso inventor Edison probó y fracaso cientos, algunos dicen miles, de veces antes de poder inventar el foco o bombilla eléctrica. 

Como emprendedores muchas veces tenemos la ilusión de que los productos o servicios que hemos concebido serán la gran solución o el remedio de los males de muchas personas. Y muchas veces nos topamos con la realidad de que nuestro producto no es tan perfecto como pensábamos, o  los clientes no existen, o no tienen el problema que creíamos, o no están dispuestos a pagar el precio que consideramos justo.

Se tiene que perder el miedo a intentar cosas nuevas y a fracasar para poder avanzar y seguir con los proyectos y la vida misma. Salir de la zona de confort también es indispensable. La comodidad es la peor enemiga de las personas. Al sentirnos cómodos se pierde el interés en experimentar cosas nuevas, no se va de viaje a lugares nuevos, no se prueban comidas y bebidas diferentes, no se leen libros o revistas de temas que no se conocen, etc. En pocas palabras, las perspectivas se cierran, los criterios se atrofian y el miedo a lo desconocido crece. 

"Fracasa pronto y aprende rápido" podría decirse que es el mantra de lo que se conoce como Lean Startup, una metodología originada en Estados Unidos y que tiene pocos años de existir, la cual se basa en probar las ideas del emprendedor directamente con el cliente potencial. Es decir, si ya contamos con alguna posible solución (dígase servicio o producto) para algún problema que hayamos detectado, lo más conveniente es plantearle nuestra solución a quien pensamos que tiene el problema (cliente potencial) para obtener retroalimentación inmediata.

Por el momento los dejo estimados lectores, esperando sus comentarios y que esta entrada les haya sido de provecho.
Hasta la próxima.