miércoles, 8 de octubre de 2014

EL FRACASO COMO APRENDIZAJE II

"Las personas se están preparando para el éxito cuando deberían estarse preparando para el fracaso. Fracasar es mucho más común que triunfar; la pobreza está más generalizada que la riqueza; y la desilusión es más normal que los logros"
J. Wallace Hamilton


La cita con la que empiezo esta entrada se encuentra en el libro de John C, Maxwell "El lado positivo del fracaso", el cual nos dice que la verdadera diferencia entre las personas que logran alcanzar sus metas y aquellas que no, es su actitud frente al fracaso.

Cualquier persona, pero en especial los emprendedores, nos enfrentamos día a día con dudas e incertidumbre. No sabemos si nuestras grandes ideas van a tener éxito o no. La mayoría de las personas se desalientan al primer revés o al encontrar el primer obstáculo para llevar a cabo sus planes. Sin embargo, debemos capacitarnos para salir de nuestros fracasos y seguir adelante aplicando lo que hayamos aprendido

Nuestras reacciones ante los fracasos deben motivarnos para seguir adelante, o tomar un camino diferente si ya hemos agotado todas las opciones posibles. Pero un gran problema es que en las escuelas no se nos enseña a lidiar con los fracasos. Es por lo anterior que es muy importante cambiar nuestra manera de pensar para no desanimarnos ante los primeros problemas que se nos presentan al emprender cualquier proyecto.

Thomas Edison creía que muchos de los fracasos en la vida los experimentan personas que no se dan cuenta cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por derrotados. Es por esto que la constancia y el aprendizaje son herramientas que considero esenciales para los emprendedores. Debemos tomar siempre en cuenta que los fracasos son solo temporales, y que nos ayudan para re-enfocarnos para continuar con nuestros proyectos siendo más sabios.

Redefinir nuestro concepto de fracaso (para aprender y seguir adelante) es algo de lo mucho que nos aconseja Maxwell en su libro. Es muy difícil que las cosas salgan bien a la primera, por lo que Maxwell nos dice que nos otorguemos voluntariamente una "cuota razonable de errores". Es decir, al empezar cualquier proyecto démonos cierto número de errores que podemos cometer, y si aún no obtenemos los resultados deseados, otorguémonos otros más.

Puede ser en ocasiones que, al haber obtenido un resultado diferente del que esperábamos, detectamos una oportunidad para un nuevo proyecto o negocio aún mejor o adicional, al que habíamos considerado originalmente (muchas invenciones han ocurrido de esta manera, por ejemplo los post-its).

El miedo al ridículo es lo que detiene a muchas personas para alcanzar sus metas y es algo que debemos dejar atrás como emprendedores, ya que siempre es mejor haber intentado algo y fracasar que nunca haber intentado nada. Fracasar no significa ser un fracasado, aunque en la sociedad actual se tiene como ganador a aquel que nunca ha cometido errores lo cual resulta imposible; un fracasado es aquella persona que ni siquiera intenta las cosas.

Superar el miedo paralizante, salir de nuestra zona de confort, cambiar nuestra manera de pensar (al considerar los fracasos como algo temporal y aislado), variar las estrategias (tomando en cuenta caminos diferentes y opciones), insistir, concentrarse en lo que podemos hacer, recordar los posibles beneficios de nuestras ideas para otras personas y pensar en los aspectos positivos de los fracasos (aprender de los errores); son habilidades que debemos desarrollar para llevar a cabo los proyectos que tenemos en mente y finalmente, tener vidas plenas y fructíferas.

Por el momento los dejo, estimados lectores emprendedores, esperando sus comentarios y que esta entrada les haya parecido interesante y de utilidad.


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